Salidas Laborales

Trabajar en régimen autónomo como licitador judicial montando su propio negocio, o dentro de una empresa de intermediación inmobiliaria o de una entidad financiera que ofrezca este servicio.

Participar activamente en todo tipo de subastas: judiciales, notariales, administrativas (como las que se celebran, por ejemplo, ante la Agencia Estatal de la Administración Tributaria o ante la Tesorería General de la Seguridad Social).

Llevar a cabo una labor de intermediación inmobiliaria, poniendo en venta los inmuebles que ha adquirido en pública subasta y negociando con todas las partes implicadas en el procedimiento (ejecutado, entidad financiera…).

Ofrecer asesoramiento al ejecutado en procedimientos judiciales y administrativos con embargo, en los que el licitador realiza un estudio completo y minucioso para saber si el bien tiene salida en el mercado y para establecer un precio máximo de compra.

Asesorar e intermediar en la búsqueda de soluciones que atiendan a los intereses del ejecutado y del inversor.

Localizar inversores para que adquieran las propiedades en las mejores condiciones.